Hello, humans.

En 1936, Edgar Varese, considerado como uno de los pioneros de la música experimental, presenta "Densité 21.5", un solo para flauta que toma su nombre de la densidad del platino, material con el que dicho instrumento fue construido. Años mas tarde, en el 2018, un don nadie, presenta Densidad 20.25, blog en el que pretende darle cobertura a proyectos de su localidad a través de reseñas y artículos mal escritos. 

Me gustaría empezar con un breve disclaimer: de ninguna manera este es un ataque hacia los medios ya existentes o las bandas que probablemente mencione. Incluso, siento que debo disculparme por adelantado, puesto que el propósito del blog, aparte de la cobertura, es (tratar) de entregar reseñas justas y objetivas, que muchas veces podrán no ser muy favorables, pero siempre se mantendrá una compostura profesional al momento de justificar la calificación proporcionada. Nunca habrá ataques hacia el artista, ni gossip; y si hay algo que quiero remarcar con letra negrita tamaño 65, es que aunque pueda no ser seguidor de todo proyecto del que se escriba, entiendo todo el esfuerzo que conlleva presentar desde un demo grabado en el baño de tus padres, hasta un álbum doble conceptual grabado por Phil Spector en Abby Road y el objetivo nunca será hacer menos al artista. Al final del día, todos los músicos están trabajando duro y yo sólo estoy de gordo friki tras la computadora escuchando lo que hacen los demás, en lugar de producir algo propio. 

Pero es precisamente por esa razón con la que justifico la creación de este espacio.

Por un breve momento de mi vida, estuve del otro lado del velo. No era un mero espectador, era parte de. Por un breve momento me vi inmerso en todo aquello de lo que solo veía o escuchaba el resultado final en discos, revistas, paginas de internet, etc...

A pesar de todo eso, nunca deje de ser fan. Desde los 15 años fue que me empecé a "tomar en serio" esto de escuchar música, y hasta la fecha no he parado. He vivido tras la computadora con los audífonos bien puestos desde entonces, leyendo biografías, reseñas etcétera; y aunque eso no me da derecho a nada en especial, no dejo de ser un espectador que busca experiencias sonoras nuevas para no aburrirse. 

Esto me lleva a la situación actual en la escena local, donde últimamente se ha visto un boom considerable en la cantidad de bandas emergentes y es inevitable no ponerse en el papel de "Esto me gusta. Esto no. Esto suena a esa otra banda que vi ayer. Estos vatos sí traen una propuesta nueva."

Este boom es un arma de doble filo, pues la sinceridad, más que la integridad artística, se puede ver comprometida. Hay muchas bandas buenas, con un talento envidiable, pero con una agenda secreta, y eso las lleva a tomar el rumbo fácil de "hay que hacer canciones bonitas pa' poner a bailar a las morritas" y eso se llega a tornar un poco aburrido. No tiene nada de malo querer pegar, pero cuando algo se crea a la medida, sin ese egoísmo que define a los artistas que resaltan, la escena se estanca y sufre. 

A todo esto, se le suma toda esa camaradería con meros fines de hacer networking (y eso fue algo que vi mucho) y el elitismo que también sufre el movimiento musical en Tijuana. 
Sé que no soy el único que lo piensa. Sé que no estoy solo en este trip; y aunque el hecho de que este blog se trate de hacer reseñas (que puede resultar discriminatorio) no le restará parcialidad. No sé cuántas veces he leído reseñas en donde no se habla de la música, simplemente hay adulación para que el mismo artista la comparta, generándole visitas a la página en cuestión. También sobran los portales donde sólo se le hacen artículos a los artistas de su círculo de amigos, muchas veces defendiendo lo indefendible. 

No me pongo por encima de nadie. Como bien dice el subencabezado, sólo soy un don nadie que juega al "rock journalist" por haber crecido leyendo Rolling Stone, Spin, Pitchfork y haber visto Almost Famous más veces de las que le gustaría admitir. 
No pretendo cambiar el mundo, simplemente pretendo crear un espacio para dejar plasmadas mis opiniones. 
Tijuana tiene mucho qué ofrecer musicalmente, y todos merecen un espacio. 


Bienvenidos.


g.n.h.










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