Reseña: DVTrip - Placeres Oníricos EP

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DVTrip
SCORE: 6.5 Bob Esponjas de 10

Sumándose a la oleada de bandas que han formado su sonido tomando de artistas como Mac DeMarco, Tame Imapala, Connan Mockasin y (lo sepan o no) el excéntrico y longevo Tonetta, DVTrip lentamente ha ido encontrando su nicho en la escena tijuanense.

Hace algunos meses, en un post de Facebook compartido por la agrupación, el autor intentaba describir el estilo de esta, citando que no encajaban del todo en ninguno de los géneros que se mencionaban y al mismo tiempo, exhortaba a sus lectores a escucharlos, pues se trataba de algo nuevo y muy alejado de lo que ya nos ha presentado la tan, a veces estancada, escena local. 
Cuando leí "dream-pop" seguido de "medio raro" y "psicodélico" un foco rojo se prendió. Mi lado optimista pensó que podría tratarse de una banda arriesgada dispuesta a deconstruir el género. Por el contrario, mi lado pesimista no dejaba de gritar que tal vez se tratara de uno de esos muchos proyectos que siempre tienen problemas para explicar su sonido y se remiten a terminar su discurso con "Nos gusta pensar que tenemos un estilo único. Mejor decídanlo ustedes mismos, nosotros nos creemos en las etiquetas".

Dividido en seis temas de escueta duración, el disco fluye sin problemas con una acuática languidez; más que el acompañamiento para una psicodélica y ajetreada aventura en el reino de los sueños, este EP es una tranquila caminata por la playa sin contratiempo alguno.  

Más Up in Smoke que Enter the Void.

Al sonar las primeras notas de Placeres Oníricos, no pude comprender la dificultad para clasificar lo que escuchaba. El "dream-pop medio raro" que se prometía nunca se hizo presente, pero la naturalidad con que se desenvuelve esta obra, y sus contagiosas melodías, fueron razones suficientes para escucharlo repetidas veces y la primera impresión fue la de estar ante una banda que conoce sus fortalezas y sus limitaciones. 
En "Hosquedad" los colores de un atardecer son disparados desde evanescentes acordes y arpeggios que se complementan bastante bien con la dócil melodía lírica. El tema, con su afable ritmo y sensibilidad melancólica light, funciona y es disfrutable; lamentablemente todo queda a nivel superficial, ya que su marcada similitud con "Fotografía" de Jumbo afecta la inmersión. La comparación aumenta cuando en el segundo verso aparece la frase "Voy a ver Bob Esponja en el sillón toda la tarde//Burbujas en el agua ayudan a olvidarte", que sin duda tiene un cierto encanto y es posible visualizar a un embelesado público coreando la estrofa, pero es una consigna que no estaría fuera de lugar en alguna letra de los regiomontanos, aparte de que es cantada con esa inflección tan distintiva del vocalista del conjunto en cuestión. 
Esto también ocurre en "Concha de Mar" donde la secuencia de acordes y la batería se acoplan cada cierto tiempo en acentos que son muy reminiscentes a "Eres" de Café Tacvba. 
Afortunadamente, sólo es en esas dos instancias en las que hay similitudes que arruinen la experiencia. Esto no quiere decir que las demás canciones emanen una absoluta originalidad, pero la composición está mejor cuidada evitando que DVTrip incurra en este tipo de accidentes. 
Un buen ejemplo sería "Latencia" donde el espíritu de Chicano Batman se hace... latente (je) durante toda la canción, pero no al punto de parecer un tributo o un cover. 
"El Nivel Inirico (sic) Más Profundo" es donde se puede apreciar más una inclinación hacia el dream-pop, con sus hipnagógicos delays, guitarras corales estilo Victorialand tocando cuerda por cuerda con sutileza y la apagada voz que en el precoro adopta un tono muy parecido al que poseía Mark Hollis (RIP, buen hombre) que le añade extrañeza a lo que, hasta el momento, era una experiencia bastante homogénea. 
El último tema ya no suena tan lineal como los anteriores. Los instrumentos por fin abordan diferentes dinámicas (la guitarra ya es más variada) y la estructura cuenta con más arreglos que ponen en evidencia el potencial del conjunto cuando se enfocan en presentar algo más trabajado en lugar de dejar que sus gustos acaparen por completo el proceso de composición. 

Indudablemente, el bajo es el centro de atención en todo el EP a pesar de estar ahogado por la austera grabación (después de todo, se trata de un EP trabajado en casa). A este se le puede escuchar en constante movimiento escudriñando las canciones, buscando los espacios vacíos para rellenar, sin saturar, y para saber cuándo sólo marcar el ritmo con breves punzadas.  

Al final, nos quedamos con un EP bastante sólido a pesar de sus flaquezas. Las canciones van hiladas con lo que quieren transmitir, las melodías son bastante infecciosas y debido a su corta duración, aún con la falta de dinámicas, no terminan tornándose en creaciones aburridas. 
Tal vez no justifique el titubeo de muchos al momento de describir su sonido, pues las influencias están muy claras y las características que definen estilos como el slacker rock, jizz jazz y dream pop están ahí, sin algún tipo de modificación sustancial, pero tomando en cuenta que DVTrip lanzó este EP desde el 2017, es prudente asumir que ha habido una evolución. 

g.n.h 

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