Reseña: Hombre Árbol - La Fragilidad de la Misma

Hombre Árbol | La Fragilidad de la Misma
Hombre Árbol
SCORE: 7.9 

Con este melancólico compilado, es evidente que Hombre Árbol tiene dos facetas: la de un competente compositor de baladas jazz rock, y la de un experimentalista que pudiera incurrir en los ámbitos del progresivo y el free jazz sin problemas.  

Hay álbumes que rompen géneros; son obras que crean un nuevo paradigma musical a través de su experimentación y de su necesidad de su innovar. Hay otros que logran unir diferentes estilos sin necesariamente crear algo nuevo, pero durante el proceso dejan ver que los compositores serían más que capaces de adentrarse de lleno en alguno(s) de los tantos géneros que manejan en sus mezclas. 
Hombre Árbol nos deja claro que su sonido va madurando, lentamente va encontrando su nicho, y a lo largo de cuatro discos, nos ha demostrado una gran capacidad para oscilar entre dos extremos, como un experimentalista con sensibilidad para el pop. 

Acompañado del mismo grupo de músicos que en su placa anterior, Remi Barrios (mente detrás del proyecto) decidió enfocarse en un sólo mood, a diferencia de sus trabajos anteriores, que veían al compositor explorar distintas maneras de mezclar el folk con el rock y otros elementos, sin caer en los clichés de un sonido 70s revival. 
La Fragilidad de la Misma continúa con ese aire melancólico que ha distinguido el trabajo de Barrios y ve al compositor encontrar su punto más sensible y más entrañable. 
Toda la obra de Hombre Árbol podría describirse con esos adjetivos, sin embargo, Fragilidad muestra un lado más austero en donde no queda mucho espacio en el que el artista se pueda esconder. En donde antes había distorsiones y disonancias, ahora hay guitarras limpias y rasgueos delicados. En donde antes había ritmos angulares y texturas que iban en contra-melodía, ahora hay estructuras lineales y armonía total. 

El viaje comienza con "Oye Sol", tema que sirvió como el primer sencillo para promocionar esta obra, el cual brilla con su dulce melodía y secuencia de acordes que la colocan en un punto medio entre Brand New y alguna balada de Steven Wilson; junto con "Niña Amarilla" y su base armónica que la hace sonar como una versión lounge de "Lilly" por The Smashing Pumpkins, son las dos canciones más light del disco. 
A partir de "El Encuentro" con su palpitante ritmo, diferentes vertientes sonoras se hacen notar; las canciones se siguen moviendo con la misma cadencia, pero se enriquecen con la aparición de más componentes que le dan un toque bastante jazz que no estaba tan presente en los trabajos anteriores. 
Este es uno de los puntos característicos de esta obra; es un compilado de naturaleza ambigua, que tambalea entre un sonido easy listening -sin caer de lleno en el pop-, y la absurda y genial soltura de géneros como el free jazz.   
"Malos Hábitos" funge como el tema en el que estas dos caras se fusionan de manera equilibrada, dando como resultado una hermosa pieza que comienza como una cálida caricia, con una voz femenina y una confección bastante tranquila que se centra en la parte rítmica. Eventualmente, todo decae en un excelente destiempo que va incrementando la intensidad al que se le van sumando varios metales en un explosivo final que se extingue súbitamente, dejando residuos de notas y sonidos que abren paso a un segundo final, uno más obtuso, con una batería que parece retomar la fuerza sólo para rendirse segundos después.
En sus momentos con tonalidades más oscuras, La Fragilidad de la Misma funciona como un séance para el espíritu de un Bark Psychosis menos enfocado en las texturas, o un Talk Talk menos abstracto, con sus cristalinos arpeggios de guitarra, sus mensurados ritmos con pigmentos de jazz y su enfoque en la progresión armónica. 


Si bien se podría favorecer de más moods (a veces resulta inevitable no extrañar la ecléctica variedad de su excelente disco debut)la línea uniforme con la que fluye el álbum resulta bastante satisfactoria debido a la rica instrumentación que le da forma y aunque la corta duración de cada pieza ciertamente ayuda a que la placa corra sin problema, también perjudica un poco la inmersión, pues en algunos casos, la manera en que muchos tracks se disuelven, los hace sonar como maquetas en vez de un trabajo propiamente terminado. "Vacío" es el tema que más sufre debido a esto. Con su estructura loud and quiet y su bajo empapado de fuzz, prometía ser un explosivo desenlace para el álbum pero su abrupto final elimina por completo la sensación de cierre. Esto es especialmente frustrante, pues se trata de otro de los puntos altos del disco; sin embargo, esto es una observación menor, pues, a pesar de haber emulado el final de The Sopranos, no se puede negar que Hombre Árbol nos presentó una sublime obra que se siente fresca y tomando en cuenta la sobrepoblación de proyectos sin alma (no malos, sólo hechos a la medida) e incestuosas colaboraciones que se está suscitando a nivel nacional, Fragilidad merece de la misma atención pues resalta por la sinceridad en su entrega, además de demostrar la genial versatilidad de su creador. 

Sin dudad es un peldaño más en una excelente trayectoria.

g.n.h. 





Comentarios