ANCO
SCORE: 6.7 Kirbys de 10
Con este EP, que funciona como una transición entre lo que nos presentó con The Hatred Tapes y lo que viene a futuro, ANCO sigue demostrando un gran talento para la manipulación sonora, creando una fuerte expectativa por saber qué es lo que se tiene entre manos para su siguiente entrega.
El medium danés Borge Michaelsen flota por encima de la mesa sobre la cual, segundos antes, todos los partícipes de esa sesión postraban sus manos para concentrar la energía del cuarto y poder contactar con algún espíritu que se encontrara presente. El fotógrafo Sven Türck inmortalizó esta y otras imágenes de esta índole, en un considerable compilado gráfico que tenía la intensión de demostrar lo que ocurría en este tipo de concilios espiritistas. Sean verídicas o simplemente se trate de geniales composiciones arregladas y ensayadas, siempre me ha llamado la atención como es que, en la imagen que funge como portada de esta obra, uno de los miembros parece estar riéndose, disfrutando lo que, en teoría, debería ser una situación espeluznante.
Y así es precisamente como se siente experimentar este álbum, con su austera producción y dudosa ecualización.
Sabes que algo no está bien, pues el sonido es opaco y se traduce igual tanto en audífonos como en un modesto sistema de audio, sabes que no es lo mejor que has escuchado en lo que se refiere a ambient, sin embargo ahí estás, sonriendo mientras lo vives.
Esa austeridad es un arma de doble filo ya que puede resultar un poco distractora al momento de estar absorbiendo este compilado, pero al mismo tiempo es parte de su encanto, pues le da el valor agregado del misterio, el cual se empareja bastante bien con la enigmática figura de ANCO, pues, fuera de su página de Bandcamp, Soundcloud y un Twitter que parece estar abandonado, no hay información relevante que materialice a la mente detrás de estas piezas.
En cuanto se trata de ambient o grabaciones de campo, parte de la experiencia recae en tratar de reconocer los sonidos que se nos están presentando -lo que se pudiese reconocer como un piano con el timbre modificado, en realidad podría tratarse del/la artista frotando diferentes tipos de tela o algo por el estilo-. Esto ya es una extenuante tarea incluso con las grabaciones más prístinas y de alta fidelidad, pero ANCO aprovecha sus recursos limitados pues dota a sus piezas de un grado extra de dificultad, y aunque no todos los tracks son precisamente ominosos o lúgubres, la desgastada calidad de reproducción los hace sonar como si vinieran de un viejo estéreo que se encendió por cuenta propia, tras llevar años arrumbado en un oscuro sótano. Es inquietante, pero, como personaje de una mala película de terror, uno no puede evitar sentirse compelido a bajar las escaleras para descubrir de dónde viene esa extraña música.
Y así es precisamente como se siente experimentar este álbum, con su austera producción y dudosa ecualización.
Sabes que algo no está bien, pues el sonido es opaco y se traduce igual tanto en audífonos como en un modesto sistema de audio, sabes que no es lo mejor que has escuchado en lo que se refiere a ambient, sin embargo ahí estás, sonriendo mientras lo vives.
Esa austeridad es un arma de doble filo ya que puede resultar un poco distractora al momento de estar absorbiendo este compilado, pero al mismo tiempo es parte de su encanto, pues le da el valor agregado del misterio, el cual se empareja bastante bien con la enigmática figura de ANCO, pues, fuera de su página de Bandcamp, Soundcloud y un Twitter que parece estar abandonado, no hay información relevante que materialice a la mente detrás de estas piezas.
En cuanto se trata de ambient o grabaciones de campo, parte de la experiencia recae en tratar de reconocer los sonidos que se nos están presentando -lo que se pudiese reconocer como un piano con el timbre modificado, en realidad podría tratarse del/la artista frotando diferentes tipos de tela o algo por el estilo-. Esto ya es una extenuante tarea incluso con las grabaciones más prístinas y de alta fidelidad, pero ANCO aprovecha sus recursos limitados pues dota a sus piezas de un grado extra de dificultad, y aunque no todos los tracks son precisamente ominosos o lúgubres, la desgastada calidad de reproducción los hace sonar como si vinieran de un viejo estéreo que se encendió por cuenta propia, tras llevar años arrumbado en un oscuro sótano. Es inquietante, pero, como personaje de una mala película de terror, uno no puede evitar sentirse compelido a bajar las escaleras para descubrir de dónde viene esa extraña música.
Toda esta placa está cubierta con una capa de estática, como un velo sonoro que distorsiona todo lo que se encuentra detrás. Se pueden percibir samples, algunas notas, pero el escucha debe hacer un esfuerzo para encontrar esos detalles. Esta especie de telón que difumina lo que yace al fondo no es de naturaleza estridente; no es distorsión o ruido blanco, suena más como una brisa amplificada que después del segundo tema, resulta bastante hipnótica. Ese sonido puede recordarnos al de un vinilo empolvado y debido a eso, se podrían hacer comparaciones con el trabajo de Leyland Kirby (The Caretaker) aunque Miata carece de la enorme emotividad con la que Kirby confecciona sus piezas; sin embargo, no es difícil imaginar a ANCO alcanzando ese nivel, pues si hay algo bastante rescatable dentro de toda su obra, es su gran facilidad para crear paisajes sonoros y en esas instancias donde se logra conectar lo emocional con la complejidad sus collages sonoros, el impacto es innegable.
Muchas de sus piezas, especialmente en este EP, podrían beneficiarse de un poco más de profundidad, de ser más tridimensionales, y de tener un poco más de propósito dentro del universo que las contiene. No es que ANCO brinde experiencias que no tengan sentido o dirección alguna, pero otro aspecto que interrumpe la inmersión que Miata podría llegar a generar, son los abruptos cortes con los que finalizan las piezas. Estas terminan sin haber llegado a un clímax o a una conclusión lógica; se sienten un tanto aisladas la una de la otra y no tienen un arco evolutivo definido, y aunque se hiciera el argumento de que esos repentinos cortes son intencionales, dicha explicación poco haría por mejorar la experiencia, pues incluso tratándose de premeditados elementos conceptuales, realmente no hay un aporte sustancial a las canciones. Incluso uno de los mejores momentos del EP, la serpenteante "Re-Filled Up (Tampa=Shit)", llega sin anunciar su entrada y a pesar de que su extraña cadencia es bastante envolvente -al igual que las sutiles texturas que se van añadiendo- su partida pasa igual de desapercibida que su arribo, se escabulle tímidamente entre las primeras notas de "One Arm(s) Left", un track que genialmente evade las expectativas al cambiar de mood distorsionando esa dulce escala con la que inicia. Sin duda se trata del momento más oscuro, con ese drone que parece cortar por la mitad cada nota que se ponga en su camino creando ese chocante -pero efectivo- chillido metálico (muy a lo Menace Ruine) y demuestra la versatilidad de ANCO para evocar diferentes estados anímicos a través de estilos como el noise y la musique concrète. Esta canción se distingue por ser la única que se siente completa y polifacética a pesar de su corta duración.
"Meadowland (Circus Morla Orfei in Karlovac)" y "Untitled (Rosemarie Trockel) 1983" son los pasajes obligatorios que traen serenidad a la mezcla, pero su punto a favor es que se trata de una tranquilidad que el escucha se ha ganado. No es sólo un requisito más en la lista de elementos necesarios para hacer una obra ambient competente; realmente se siente como una recompensa después de la inquietante primera mitad del EP.
Junto con "Warzawa (Live)" -track que cierra el EP- estos tres temas podrían funcionar como una sola pieza divida en diferentes movimientos, pues su estructura es bastante similar, ya que se trata de composiciones a base de duraciones extendidas y un enfoque minimalista en cuanto a los arreglos que las acompañan.
Con su aura misteriosa que evoca un aire nostálgico por una época desconocida y por sucesos que carecen de un rostro fijo, gracias a esa incorporeidad acompañada de elementos que resultan familiares pero se difuminan casi instantáneamente en una densa niebla de estática lo-fi, Miata funciona como un proxy entre lo tangible del pasado y lo incierto del futuro.
g.n.h.
Muchas de sus piezas, especialmente en este EP, podrían beneficiarse de un poco más de profundidad, de ser más tridimensionales, y de tener un poco más de propósito dentro del universo que las contiene. No es que ANCO brinde experiencias que no tengan sentido o dirección alguna, pero otro aspecto que interrumpe la inmersión que Miata podría llegar a generar, son los abruptos cortes con los que finalizan las piezas. Estas terminan sin haber llegado a un clímax o a una conclusión lógica; se sienten un tanto aisladas la una de la otra y no tienen un arco evolutivo definido, y aunque se hiciera el argumento de que esos repentinos cortes son intencionales, dicha explicación poco haría por mejorar la experiencia, pues incluso tratándose de premeditados elementos conceptuales, realmente no hay un aporte sustancial a las canciones. Incluso uno de los mejores momentos del EP, la serpenteante "Re-Filled Up (Tampa=Shit)", llega sin anunciar su entrada y a pesar de que su extraña cadencia es bastante envolvente -al igual que las sutiles texturas que se van añadiendo- su partida pasa igual de desapercibida que su arribo, se escabulle tímidamente entre las primeras notas de "One Arm(s) Left", un track que genialmente evade las expectativas al cambiar de mood distorsionando esa dulce escala con la que inicia. Sin duda se trata del momento más oscuro, con ese drone que parece cortar por la mitad cada nota que se ponga en su camino creando ese chocante -pero efectivo- chillido metálico (muy a lo Menace Ruine) y demuestra la versatilidad de ANCO para evocar diferentes estados anímicos a través de estilos como el noise y la musique concrète. Esta canción se distingue por ser la única que se siente completa y polifacética a pesar de su corta duración.
"Meadowland (Circus Morla Orfei in Karlovac)" y "Untitled (Rosemarie Trockel) 1983" son los pasajes obligatorios que traen serenidad a la mezcla, pero su punto a favor es que se trata de una tranquilidad que el escucha se ha ganado. No es sólo un requisito más en la lista de elementos necesarios para hacer una obra ambient competente; realmente se siente como una recompensa después de la inquietante primera mitad del EP.
Junto con "Warzawa (Live)" -track que cierra el EP- estos tres temas podrían funcionar como una sola pieza divida en diferentes movimientos, pues su estructura es bastante similar, ya que se trata de composiciones a base de duraciones extendidas y un enfoque minimalista en cuanto a los arreglos que las acompañan.
Con su aura misteriosa que evoca un aire nostálgico por una época desconocida y por sucesos que carecen de un rostro fijo, gracias a esa incorporeidad acompañada de elementos que resultan familiares pero se difuminan casi instantáneamente en una densa niebla de estática lo-fi, Miata funciona como un proxy entre lo tangible del pasado y lo incierto del futuro.
g.n.h.
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