Reseña: Lazy Eye Syndrome - Ghastly Last Words

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Lazy Eye Syndrome
SCORE: 7.7 ojitos de Thom Yorke de 10

Para tratarse de una schwanengesang -pues con esta obra, Les se despide su alias Lazy Eye Syndrome- Ghastly Last Words se extingue, no con agonía, pero con grandiosidad; dando un aire de realización que prevalece incluso en los momentos más melancólicos y a pesar de la narrativa depresiva que se refleja en las letras. 

El fin de una era siempre trae consigo expectativas y aunque estas puedan extenderse sólo a quienes vivieron dentro de esa época que está por llegar a su fin, eso no le resta importancia. La noticia de un fallecimiento siempre resulta increíble aunque no se haya conocido al difunto. Si alguien cercano a ti anuncia una ruptura, es inevitable no absorber el impacto -aunque sea por un breve instante- y aunque no se haya tomado parte de dicha relación.  

Poder llegar a un final y de cierta manera "controlar" cómo se da, es todo un privilegio y darle cierre a un ciclo es todo un arte. 
La expectativa dicta que la culminación de un periodo de tiempo se lleve a cabo de manera espectacular y, después de 6 años, Lazy Eye Syndrome -primer proyecto de Didi Les- da su último latido; para tratarse de una schwanengesang, Ghastly Last Words se extingue con una grandiosidad modesta; dando un aire de realización que prevalece incluso en los momentos más melancólicos y a pesar de la narrativa depresiva que se refleja en las letras.  

Es bastante liberador por fin poder nombrar referencias que se alejen del post-rock al describir una placa que haya sido creada por Les.
Probablemente el hecho de que ahora se puedan apreciar influencias que vayan desde el post-punk, midwest emo shoegaze no resulte tan desviado del ahora infame género -tomando en cuenta que tanto el post-punk como el shoegaze convergieron para darle forma a la segunda ola del post-rock- pero realmente le dan un nuevo rostro a lo que había presentado con anterioridad. 

GLW carece de la gélida languidez con la que cuentan las otras marcas del conglomerado Didi Les™. Con el nombre de Delatore, el artista jugó con la escurridiza melancolía de un ambient que sólo se sostenía con el eco de cada una de sus notas, pues no lo acompañaba nada más; era una obra narcótica e incorpórea con reverberaciones profundas que resguardaban al escucha en un íntimo abrazo, el cual te dejaba impregnado con el aroma de algún pasaje pre-crescendo de This Will Destroy You, sin realmente caer en los clichés post-rock, o al menos no al nivel de su trabajo como Triste Polizonte, donde el autor -con sobrada pasión- daba rienda suelta a los elementos más distintivos del género. 

La guitarra sigue bastante anclada a ese estilo, pero ya no es ejecutada con dramatismo exagerado ni con delicadeza; ahora hay más rasgueos y menos espacio entre las notas que conforman a los tracks. Hay más energía y la composición resulta más ambiciosa. Por ejemplo, "Adann Sandler" y "I'm Sorry" -los temas que abren el disco-  son piezas que fácilmente habrían caído en el estancamiento estilístico si LES hubiese optado por continuar en su línea de secuencias de guitarra en solitario. Lo que pudo seguir sonando a una ramificación más del sonido Explosions in the Sky, ahora se pone el uniforme de American Football, Galaxie 500The Cure, con muy buenos resultados. 

Esto se debe a que, en Ghastly Last Words, Lazy Eye Syndrome explora diferentes posibilidades rítmicas, haciendo de la batería una protagonista inesperada, no por una virtuosa ejecución, pero al adentrarse en cadencias más "vivas" y darle un acelerado pulso a algunas piezas, hace que cortes como "Uzumaki" se puedan comparar a una maqueta de Destroyer, para lo que fue su seminal obra, Kaputt
En "What is meant to be will always find the way" la batería brilla gracias a todos esos adornos que la embelesen. Cada redoble, cada tresillo del contratiempo y cada pausa, en especial la sincronización con ese staccato en la-sol-fa que hace la guitarra durante el coro, realzan el track a niveles de complejidad y dinamismo nunca antes alcanzados por Les. De contar con una juguetona línea de bajo, "What is meant..." podría equipararse con un rescatable b-side del infame Antics por Interpol, quienes, hasta ahora, habían sido una influencia no tan obvia en la trayectoria del artista; pero es precisamente en esta placa, donde por fin podemos escuchar a Didi cantar, y este hace su mejor esfuerzo por no sonar -y al mismo tiempo sonar- como Paul Banks, al emitir un barítono muy poco natural. Sin embargo, no hay otra manera de imaginar la voz de este artista. 

Esta nueva mecánica es bienvenida, pues le añade una capa más a la personalidad de Didi, evitando que este sea visto como un personaje unidimensional que sólo sea capaz de inspirar desconsuelo. Las emociones que se transmiten por fin cuentan con más matices, por fin logrando que la música tenga más instancias afectivas, aunque se encuentren dentro del mismo lado del espectro. La tristeza que se expresa ya no es solamente fría y gris, ahora tiene más tonos y temperaturas. 

Algo que vale la pena resaltar es el hecho de que la batería fue compuesta y ejecutada por el mismo Les, quien no contaba con algún antecedente percusivo. Hasta ahora, toda su obra se había definido por melodía y texturas, sin tanto énfasis en los ritmos. El guitarrista sólo se conformaba con crear una secuencia de notas lo suficientemente placentera y fácil de digerir para después irla complementado con elementos que correspondieran a la misma familia tonal, lo cual no implicaba riesgo alguno. Ahora, con este nuevo interés por confeccionar patrones rítmicos con más fluctuaciones de compás, las posibilidades que se despliegan para el futuro son bastante prometedoras. Sólo falta que esta curiosidad se extienda a su instrumento principal, que es la guitarra. 

Por lo pronto, Lazy Eye Syndrome se despide con este ceremonial álbum, tal vez no con la (supuesta) lúgubre majestuosidad de un cisne convaleciente, pero con el ímpetu suficiente para que esta partida tenga el peso considerable del cierre de una era que se llevó a cabo en un mundo ajeno al nuestro. Ghastly Last Words abrió una ventana efímera a lo que pudo ser pero nos deja con la esperanza de lo que será.

g.n.h.

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